Como apuntaba, el 28 de octubre tuvimos eco, y ya no quedaba nada. De echo empezaba a descolgarse.
El día 29 de Octubre me hicieron el legrado. Y todo se acabó.
Lo cierto es que la última semana fue la más dura que recuerdo, pensar que se te está apagando dentro de ti... que se está consumiendo... Con toda la felicidad que nos había dado día a día. Han sido dos meses en los que hemos ido, paso a paso: ahora esto, ahora lo otro, luego espera, ahora mira...
La verdad es que ha sido agotador, 2 meses, 3 quirófanos, 2 anestésias...
La alegría, pero con prudencia del test positivo (ya habíamos tenido un aborto anterior sin latido).
La sensación de que este estaba avanzando más, que era diferente. La primera eco, con una pequeña forma, como la que se ve en internet (en el anterior no vimos nada). El pequeño latido.
La siguiente eco, de 7 a 4 mm. Mal rollo, se encoge, pierde la forma.
Y cuando el médico te dice, malo, id haciéndoos a la idea de que esto no va bien. Entonces se te viene el mundo encima, qué fácil se va la felicidad. Con qué poco se esfuma.
Ahora toca reponerse, en cuerpo y alma, y no sé qué cuesta más.
A mediados de diciembre nos harán pruebas geneticas, para ver si dicen algo, aunque normalmente no suelen decir nada. A volver a dar otro pasito, y si todo está en orden, a volver a intentarlo en enero.
Hasta pronto.
Han sido 58 días.
